Esta semana ha sido una de las más difíciles en la historia de Orlando. A la masacre del nightclub Pulse, donde fallecieron 50 personas, la mayoría hispanos y de ellos, la mayoría puertorriqueños, se unió la desaparición de un niño en las aguas de la Laguna Seven Seas de Disney, que fue arrastrado y ahogado por un caimán, y el posterior hallazgo de su cuerpo.
El pequeño Lane Graves, de dos años, jugaba inocentemente en la orilla de la laguna, mientras estaba con sus padres y hermana de cuatro años, cuando de repente fue arrastrado por el caimán hasta el fondo del cuerpo de agua, que se encuentra entre otras áreas, en el Disney’s Grand Floridian Resort & Spa, uno de los más exclusivos y costosos de los hoteles de Disney.
Su padre Matt Graves, luchó desesperadamente con el cocodrilo, que no soltó al infante, mientras su madre gritaba logrando que inmediatamente salvavidas y otros turistas intentaran ayudar, todos sin éxito. En el área había letreros prohibiendo nadar, pero no advertían de cocodrilos en la zona. Esta laguna, que no es natural, sino hecha por el hombre, es solo una de las que tiene Disney, que además cuenta con “playas”, también creadas artificialmente y numerosos lagos en sus hoteles y en todas sus propiedades.
La búsqueda del niño por parte del personal especializado no se hizo esperar, pero no fue hasta casi 19 horas después que Jerry Demings, el Sheriff del Condado de Orange, confirmó que el cuerpo había sido hallado sin vida, a unos seis pies de profundidad y muy cerca de donde se perdió de vista. Las autoridades se mantuvieron haciendo declaraciones televisadas, en las que daban información contínua, incluyendo que el caimán tendría entre cuatro a siete pies de largo.
Como parte de la búsqueda se encontraron y mataron cinco caimanes buscando restos del niño, antes de que apareciera el cuerpo, que según se dijo estaba intacto.
El personal de Walt Disney World se ha manifestado en las redes sociales devastado por el accidente, el primero en su tipo en Walt Disney World y el presidente del complejo de entretenimiento, George A. Kalogridis destacó en un comunicado lo siguiente:
“No hay palabras para describir la profunda pena que sentimos por la familia y su inimaginable pérdida. Estamos devastados por este trágico accidente y estamos haciendo todo lo que podemos para ayudarlos durante este tiempo tan difícil. A nombre de todos en Disney, les ofrecemos nuestro pésame”.
La familia residente de Nebraska, Estados Unidos, había llegado a Orlando a pasar las vacaciones de sus sueños, hacía apenas dos días antes del trágico incidente.