Tener una segunda oportunidad de vida no es cosa común, pero para una ballena rescatada, eso fue lo que sucedió. Gale, como fue apodada, fue encontrada por bañistas, encallada en el Condado de Dixie, aquí en Florida y fue ayudada por equipos de rescate de la Universidad de Florida y del Clearwater Marine Aquarium, quienes la llevaron a SeaWorld Orlando para continuar con intervención médica y proceso de rehabilitación.
La ballena piloto de aleta corta, también conocida como calderón tropical, que pesa unas 725 libras (329 kg), comenzó a recibir cuidados las 24 horas a manos de los dedicados equipos veterinarios y de cuidado animal de SeaWorld. La idea era regresarla a la naturaleza y con el cuidado y atención continua, junto con el aporte regular y evaluación de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas e inglés) y los colaboradores en la Región Sudeste de la Marine Mammal Stranding Network, el regreso se hizo realidad.
Gale comenzó a mostrar signos de mejoría casi inmediatamente y tan pronto llegó, fue capaz de nadar con éxito por cuenta propia y en un día, comenzó a comer pescado.
El proceso de devolverla a su casa en el mar se hizo con SeaWorld y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Se hicieron planes para liberar a unas 140 millas (225 km) de la costa oeste de la Florida en un área conocida por servir de hábitat para ballenas piloto. Las ballenas piloto viven en aguas profundas y son animales sociales que viajan juntos en manadas. El punto de regreso le dará una buena oportunidad de unirse a otras ballenas piloto.
Para asegurar que la ballena piloto regresara al medio ambiente de manera segura y cuidadosa, la Guardia Costera de Estados Unidos ayudó con el complejo transporte. La tripulación del buque guardacostas Joshua Appleby, junto con un equipo de cinco miembros del equipo de rescate de SeaWorld, trabajaron juntos en la misión y Gale regresó con éxito al Golfo de México.
“Todos la vimos alejarse a nado”, dijo la Dra. Lara Croft, veterinaria de SeaWorld Orlando, quien escoltó a la ballena piloto a través de cada paso de su jornada de rescate. “Esta historia ha sido una verdadera colaboración y hemos trabajado juntos con un grupo de individuos dedicados. Estamos orgullosos de ser parte de este proceso exitoso de rescate, rehabilitación y regreso.
Antes de su regreso, la ballena piloto fue etiquetada con un transmisor de conexión via satélite por investigadores del Programa de Investigación de Delfines en Sarasota, miembro de la Sociedad Zoológica de Chicago. El transmisor le permitirá a los investigadores y rescatadores seguir sus movimientos y patrones de sumersión durante los próximos meses.
Las ballenas piloto, o calderones, son miembros de la familia de los delfines, y le siguen a las orcas en tamaño. Se encuentran en todo el mundo en aguas templadas y tropicales más cálidas.