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Royal Caribbean nos invitó a navegar en el cruero de prueba o crucero simulado de su Oasis of the Seas, uno de los barcos más grandes del mundo, y con esto formamos parte oficialmente del selecto grupo de viajeros que hacen cruceros simulados. 

Con esto demostrará a los Centros del Control de Prevención y Prevención de Enfermedades (CDC) sus protocolos de higiene y seguridad implementados obligados por la pandemia, para garantizar una travesía segura y saludable para sus huéspedes.

Estatua de la Libertad. Foto/Gregorio Mayi.

El viaje de seis noches, que zarpó de Cape Liberty, el terminal de cruceros de New Jersey, empezó con la preocupación del azote por el huracán Henri, pero llegado el día y luego de muchas dudas de si podríamos viajar o no, pudo realizarse sin contratiempo. El itinerario solo visitaba CocoCay, la isla privada de Royal Caribbean en las Bahamas.

Los dos primeros días de navegación nos ayudaron a reencontrarnos con el Oasis, un barco al que le tenemos cariño especial. Fuimos parte de un exclusivo grupo de periodistas que visitó el astillero STX en Turku, Finlandia, donde lo estaban construyendo y entre otros viajes, hicimos su crucero inaugural en Miami, Florida en diciembre de 2009, cuando lo estrenaron.

El barco tuvo una “amplifIcación” o gran renovación, en el 2019, a un costo de $165 millones, y se le nota.

El día de la salida, y ya con el tiempo presentándose mejor, nuestro capitán decidió literalmente anclarse frente a la Estatua de la Libertad, y darnos un primer banquete visual de lo que representa una salida desde Nueva York.

Filet mignon. Foto/Gregorio Mayi.

Para un comenzar sabroso tuvimos una cena en el restaurante Coastal Kitchen con el grupo de prensa y nuestros anfitriones de Royal Caribbean donde el buen vino y la exquisita comida, que incluía filet mignon, Burrata con queso mozzarella fresco y un rico Crème Brulee, sentaron la tónica para lo que sería un fantástico viaje.

Parte del desk 5, casi vacío. Foto/Gregorio Mayi.

 Aunque íbamos con menos de un 30% de capacidad, según nos indicó Lyan Sierra-Caro, la portavoz de la empresa que también viajó con nosotros (la real es de 6,771 pasajeros y 2,109 tripulantes), y el barco se sentía casi vacío (una experiencia que no habíamos tenido antes) había muchas actividades y música en vivo.

Bar movible, desk5 y desk 6. Foto/Gregorio Mayi.

Todos, tanto personal como viajeros estábamos igual de contentos con haber regresado a navegar, así que el ambiente festivo y los saludos eran evidentes, pero también era notorio que todos querían asegurarse que se cumplieran con las nuevas reglas de higiene y seguridad establecidas por Royal para este regreso al mar.

De este tema te escribiré más adelante, pero puedo resumirte que los barcos de Royal Caribbean en Estados Unidos viajarán con todos sus pasajeros vacunados, de 12 años o mayores, y un estricto protocolo para que los niños no vacunados o pasajeros que tengan exención de vacuna por razones válidas, se mantengan saludables. Esto incluye varias pruebas de COVID-19, una antes del viaje.

Area de lavado de manos, antes de entrar al buffet principal.

Con dos días completos navegando hacia Cococay, la isla privada en las Bahamas de Royal Caribbean, y el único destino que visitaríamos, y dos para regresar, nos dedidamos a recorrer este coloso de la arquitectura naval. 

Parte del Solarium. Foto/Gregorio Mayi.

Volvimos a disfrutar de su Solarium, un área exclusiva para adultos, y gratuita, que es uno de nuestros lugares favoritos para sentarnos, disfrutar del sol, de sus múltiples jacuzzis y de su bar y restaurante con comida saludable. Pero también aprovechamos a ver lo nuevo, porque lo que ellos llaman amplificación, o su gran renovación, llegó en noviembre de 2019, trayendo también lo mejor de otras clases de barco, como los Quantum, y con el cese por la pandemia en marzo de 2020, no tuvimos oportunidad de verlo.

The Ultimate Abbys. Foto/Gregorio Mayi.

Dentro de lo nuevo está The Perfect Storm, el trío de chorreras o toboganes acuáticos y The Ultimate Abbys, un tobogán que te lleva del piso 16 al 6 en unos segundos, siendo el más alto en el mar. En cuanto a lugares de bebida y comida como novedad están el famoso Bionic Bar; el Playmakers Sports Bar & Arcade con unas hamburguesas divinas, juegos y docenas de pantallas deportivas; el Loco Fresh, para comida mexicana informal (gratuita) hasta el fantástico Portside BBQ, el primer BBQ de los barcos de Royal.

Playmakers Sports Bar & Arcade. Foto/Gregorio Mayi.

Este tiene costo adicional, a la carta, con precios económicos y grandes porciones, ideal para compartir.

El Adventure Ocean, el espacio para los niños está completamente renovado, y más moderno, con actividades digitales interactivas, definitivamente todo lo que le gusta a los niños.

Entrada al Adventure Ocean. Foto/Gregorio Mayi.

Como acostumbrado, todas las actividades para los niños y jóvenes, de 3 a 17 años son gratuitas, y en el nursery, de 6 meses a 36, tienen costo por hora, al igual que durante algunas horas de la noche para otras edades.

Adventure Ocean. Foto/Gregorio Mayi.
Royal Escape Room-Mission Control: Apollo 18. Foto/Gregorio Mayi.

 Y no podemos dejar fuera lo mucho que disfrutamos del Royal Escape Room-Mission Control: Apollo 18, un salón de escape donde como team teníamos que resolver unos súper complicados problemas para lograr triunfar en la misión espacial, y lo logramos!

Igualmente durante la travesía pudimos disfrutar de la primera función de Aqua80, su espectáculo de música y de impresionantes acrobacias acuáticas en el AquaTheater, aunque nos quedó pendiente la de Cats, que por razones técnicas no pudo ofrecerse.

Parte de las piscinas del Oasis of the Seas. Foto/Gregorio Mayi.

Con todo lo nuevo, no puede olvidarse el siempre favorito zipline, el carrusel en el área de BoardWalk, el FlowRider o simulador de surfing y sus decks de piscinas y jacuzzis, que también fueron renovados para inspirarlos en el colorido del Caribe, de los mejores en la industria de cruceros.

Siempre dijimos que el Oasis of the Seas, y todos los restantes barcos de su clase (cuatro en total), son un destino en sí mismo. Alguna duda?

una de las chorreras en CocoCay. Foto/Gregorio Mayi.

Nuestro día de visita a CocoCay estuvo lluvioso y con viento, pero eso no impidó que la experiencia fuera espectacular aprovechando cada minuto posible. Pendiente a nuestro post sobre esta paradisíaca isla privada de Bahamas.

Itinerario: Desde el 5 de septiembre en New Jersey visitando Nassau, CocoCay y Puerto Cañaveral. Al terminar la temporada hará viajes desde, Puerto Cañaveral, Florida.

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