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Turquía

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Ruinas de Efeso. Foto Gregorio Mayí.

Por asunto de ubicación geográfica, regresamos hoy a Turquía, en vez de continuar las islas griegas, a donde volveremos mañana. Hoy llegamos a Kusadasi, a donde tomamos una excursión para visitar la Ciudad Antigua de Efeso y la Casa de la Virgen María, donde se cree que pasó sus últimos años. Ese fue nuestro primer lugar de visita, a donde llegamos luego de unos 40 minutos de recorrido en autobús durante el que subimos una empinadísima cuesta no apta para quienes sufren de vértigo.
El lugar estaba repleto y las filas empezaban desde el estacionamiento. Sobrecogedor y sagrado para los católicos, es sitio de peregrinación para millones de personas de todo el mundo que sólo tienen unos segundos para entrar a la pequeña casa donde hay un altar y una imagen de la Virgen. Al salir hay un kiosco donde puedes comprar agua bendita, y luego vas a un muro donde puedes dejar un papel con tus peticiones.
Terminada la visita al lugar al que también han ido varios Papas, llegamos hasta las impresionantes ruinas de la Antigua Ciudad de Efeso, que según la leyenda fundaron los guerreros femeninos conocidos como los Amazonas. Increíble es la biblioteca de Celso, el Gran Teatro y las letrinas comunes, que están en muy buen estado de conservación.
De regreso al puerto y como teníamos tiempo disponible antes de zarpar, nos fuimos al bazar de Kusadasi a un minuto caminando, otro de los famosos del itinerario. No es tan grande como el de Estambul, pero lo que pierden en tamaño lo tienen en insistencia de sus vendedores, que hizo de un vistazo a una tiendas de abrigos en piel una experiencia para olvidar. Como al final no compré nada se acabó la simpatía de los vendedores y quise salir de allí a toda prisa. Hay tiendas recomendadas por el barco, que tienen su letrero, y además de artículos anuncian que compras “sin hostigamiento”. Tú escoges.
La noche fue para estar relax y comer riquísimo. Nos fuimos temprano a la cabina para prepararnos para la deseada visita a Santorini. Haz click aquí para que leas otros blogs de este fascinante viaje.

Foto Gregorio Mayí.

Durante esta semana, te traemos una serie de blogs desde el Nieuw Amsterdam, el nuevo barco de Holland America, en nuestra travesía por el Meditarráneo y las Islas Griegas. Para leer los blogs de los días anteriores, haz click aquí.
Tempranito salimos en una excursión que escogimos en el barco, y por horas tuvimos un recorrido maravilloso que empezó con la Mezquita Azul. Repleta de turistas, para entrar a este monumento lo primero que tienes que hacer es cubrirte los hombros y las piernas (esto aplica a hombres y mujeres), y luego quitarte los zapatos para entrar a este lugar sagrado.
La visita continuó visitando el espectacular Palacio Topkapi, allí vimos hasta un harem y pudimos observar algunos de los tesoros turcos en el museo adyacente. Terminamos la mañana con un almuerzo típico que incluyó pimientos rellenos, berenjenas, y un puré también de berenjenas con queso, con trozos de cordero en salsa, riquísimo.Luego fuimos a la Iglesia de Santa Sofía, otro monumento histórico que está en restauración; y terminamos nuestra visita con una demostración de alfombra, algo que nunca dejan de incluir en los tours. Una buena experiencia pero muy pocos compran estas bellezas originales que pueden costar más de $13,000 incluyendo algunas de tamaños de 4×6. Si de todas maneras compras, no te preocupes por el transporte, que te la llevan derechito a casa, sin cobrarte adicional por el transporte.
Lo único malo del tour fue el poco tiempo que nos dejaron para ver y comprar en el Gran Bazaar. ¿Te imaginas más de 3,000 tiendas con personal insistente que te quieren vender a toda costa cualquier clase de artículos? Pues así es este paraíso especialmente para quienes tienen la habilidad de negociar precios. Hay de todo, desde artículos de piel hasta lámparas, carteras, algunas originales, otras no, especias y otros comestibles y joyería, alguna de ella fina.
De vuelta al Nieuw Amsterdam nos esperaba la segunda noche formal con una exquisita comida en el comedor principal que incluyó unas vieiras y camarones divinos, y una opción mar y tierra con filet mignon y enormes camarones. Una buena manera de terminar una visita a un lugar que hay que repetir.

Foto Gregorio Mayí.

Durante esta semana, te traemos una serie de blogs desde el Nieuw Amsterdam, el nuevo barco de Holland America, en nuestra travesía por el Meditarráneo y las Islas Griegas. Para leer los blogs de los días anteriores, haz click aquí.
Todo era emoción por llegar a este puerto de Turquía, uno de los más coloridos y vibrantes. La ciudad se impone con sus monumentos desde que uno se va acercando y para verla como nadie, nada mejor que irnos a la proa. Desde allí se divisaba la Mezquita Azul, uno de los más importantes monumentos de la ciudad que ha tenido varios nombres entre ellos Constantinopla.
Llegamos a las 4:00 p.m. y de inmediato nos fuimos a la excursión del barco que seleccionamos: “The City Walls and the Spice Bazaar”, la cual nos llevó a tener una idea de lo agitada de las calles de esta ciudad y de lo concurridas que pueden ser aun en días de semana. Las murallas son  impresionantes y llenas de historia, pero el Bazar de Especies es algo que no se puede dejar de ver. Es el paraíso de los amantes de la cocina, o simplemente de quienes buscan una experiencia distinta y típica. Para comprar imperdible es el azafrán aunque el más autentico y puro puede resultar caro, aún cuando pidas las acostumbradas rebajas de esta región.  Allí encuentras además bufandas de todo tipo y colores, lámparas, artículos de cerámicas, caviar, pescados y dulces turcos, pero lo que más llama la atención es la simpatía de la gente que a pesar de que son insistentes para que compres, siempre tienen una sonrisa a flor de piel y hablan varios idiomas, incluyendo español, bastante bien.
Cansados regresamos al barco, pero otros se fueron directo a tomar un ‘ferry’ que los llevaría al otro lado de la ciudad. Estambul es la única que ocupa dos continentes, Asia y Europa, y a esa magnífica localización le sacan buen provecho. El crucero de dos horas por el Bósforo es una gran opción, pero si deseas descansar de tanto barco, puedes optar por irte a comer en cualquiera de los cientos de restaurantes de la ciudad, que también enamora de noche.
Al regresar al barco, simplemente nos quedaba pedir cena en la cabina, para descansar y prepararnos para el otro día, donde tendríamos una excursión completa de ocho horas para ver las atracciones más importantes. Cenamos en el balcón, para aprovechar la linda vista de la ciudad que resultó mucho más acogedora e impresionante que lo que habíamos imaginado.

Foto Gregorio Mayí.

Durante esta semana, te traemos una serie de blogs desde el Nieuw Amsterdam, el nuevo barco de Holland America, en nuestra travesía por el Meditarráneo y las Islas Griegas.
Para ser un primer día de viajes, la experiencia ha sido fabulosa en Nieuw Amsterdam. Un corto proceso de embarque hizo todo más cómodo, afortunadamente, luego de casi un día de viaje para llegar desde Nueva York hasta una de las ciudades más romántica del mundo: Venecia, Italia. La ciudad de los canales, lagos, góndolas, del cristal, del carnaval y de la Plaza San Marcos. Si la llamas con cualquiera de esos nombres estarás correcto, porque todos la describen. Lo que pasa es que las palabras se quedan cortas, pues te quedarás mudo y embrujado con el encanto de Venecia.
Para llegar desde el aeropuerto Marco Polo hasta el puerto tomó solo unos minutos, aunque costó 50 euros por dos pasajeros. Al llegar más temprano de lo previsto, la cabina no estaba lista y nos enviaron al Lido, el restaurante de bufés, donde pudimos soltar un poco los paquetes y comer más relajado y sazonado que en el avión.
Vista desde la cabina. Foto NCMG.

Al llegar a la cabina, sorpresa tras sorpresa. Un complete ‘Welcome Package’ nos esperaba con una botella de vino espumoso, frutas y flores. De ahí otra maravilla, un balcón que daba justo a la ciudad, donde se destacan sus edificios bizantinos, sus canales y su encanto. La cabina comodísima, con cama ‘queen’ y un baño equipado con productos Elemis, nos invitaban a refrescarnos y a tomar una pequeña siesta para reponer energías.
En un par de horas, y listos para caminar, los ‘Vaporettos’ nos esperaban. No hubo mucho tiempo para ver las maravillas de esta ciudad conocida como “La Serenísima” pero ya mañana será otro día para ver en detalle algunos de sus imperdibles incluyendo su famosa Plaza San Marco y la basílica del mismo nombre. Pero también queremos ver Murano, su isla más famosa por los artículos de cristal del mismo nombre que se construyen allí, comer en algunos de los restaurants que nos han recomendado, y pasear en góndola, uno de los gustitos más caros que te puedes dar en Venecia, pero que es imperdible. Si viajas hasta aquí y no lo haces, es como si no hubieras venido.
Como no tenemos excursiones programadas por el barco para esta ciudad, y ya nos han dicho que es completamente caminable, mañana te contaremos de esta experiencia y próximamente te diremos cómo sacar el máximo provecho de tu visita. Mientras hoy nos gozamos a plenitud de la vista desde este puerto veneciano, mañana nos han prometido otra estampa. El capitán nos ha dicho que de madrugada llevarán el barco a otro puerto, esta vez a uno nuevo en el ‘downtown’, cerquita de la Plaza San Marco. Suena interesante, verdad?
El cansancio vence, pero los ánimos no se agotan, de todas maneras para reponer energías hoy no hicimos mucho caso a las fiestas a bordo ni al programa de actividades del barco. Eso lo dejamos a quienes han visitado esta maravillosa ciudad en otra ocasión, y hoy aprovechan a descubrir el Nieuw Amsterdam. De todas maneras creo que tenemos tiempo suficiente para hacerlo en este itinerario fabuloso que nos llevara a Turquía, las Islas Griegas y nos traerá de nuevo a Venecia. Más adelante te contaré mas detalles del barco.
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