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Cuando conocimos al dúo de Latin Fiesta a bordo del Norwegian Sky, en el 2017, nos llamó la atención el sabor y el ritmo que le ponían con sus canciones a las noches de la travesía de uno de los viajes a Cuba de ese barco. Ellos estaban casi empezando a trabajar en cruceros, pero durante ese viaje nadie se iba a imaginar que los dos artistas puertorriqueños, José (Freddie) Méndez y Rosamil Molina, iban a protagonizar un par de años después una aventura increíble que sin duda recordarán por siempre.

Freddie Mendez y Rosamil Molina. Foto/Rosamil Molina/Facebook

Ellos acaban de llegar a Puerto Rico, luego de estar 109 días varados en el mar, debido a la pandemia del coronavirus. Ese período lo pasaron de un barco a otro de la empresa de Norwegian Cruise Holdings, con la incertidumbre de no saber cuándo podrían regresar a su isla.

Video tomado por Rosamil Molina en el Puerto de Miami, mientras otros tripulantes de barcos de Norwegian Cruise Holdings, salían primero en viajes de repatriación.

Su historia es una de aventura y de atreverse a cumplir sueños. Son una pareja de esposos, ambos profesionales de la música muy conocidos en Puerto Rico y un día dijeron un hasta aquí y se lanzaron a conocer el mundo, que era su sueño. Cada uno tiene hijos grandes así que no había esos grandes compromisos familiares y se atrevieron a dar rienda suelta a ese deseo viajar. El sueño se les ha ido haciendo realidad de una manera impresionante.

Freddie y Rosamil en Haifa, Israel. Foto/Rosamil Molina/Facebook

La lista de lugares que han conocido es la envidia de cualquier trotamundos, luego de casi tres años y cinco contratos que les han seguido renovando en Norwegian Cruise Line: Cuba, las Bahamas. Italia, Grecia, Malta, Eslovenia, Croacia, Francia, España, Portugal, Islas Canarias, Marruecos, Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda, Irlanda del Norte, Francia, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Estonia, Letonia, Finlandia, Suecia, Islandia, Polonia, Lituania, Rusia, Noruega, Chipre, Turquía, Israel, Jordania, Egipto, Omán y los Emiratos Árabes Unidos son algunos de los lugares visitados.

Pero el éxito que han tenido no ha sido casualidad. Siguen con el mismo entusiasmo del primer día, se disfrutan como nadie su trabajo que más bien es una aventura soñada y se ganan con su talento y simpatía no solo elogios de los pasajeros, sino innumerables reconocimientos en los barcos que han trabajado, todos de Norwegian Cruise Line.

Freddie y Rosamil en Haifa Israel. Foto/Rosamil Molina/Facebook

Por suerte para ellos, la energía y el optimismo que ponen en todo lo que hacen, les hizo sobrellevar la situación difícil de la pandemia. “Siempre nos han tratado súper bien en la empresa, estamos bien, sanos y esperando que nos digan cuándo y cómo vamos a llegar a Puerto Rico”, nos dijeron Freddie y Rosamil en una de los correos electrónicos que intercambiamos con ellos y en los que nunca expresaron quejas sino optimismo y confianza de que las cosas iban a salir bien. “Aunque sabemos que en tierra las cosas están complicadas y en Puerto Rico no hay mucho trabajo ahora para los músicos”, dijeron.

Para pasar bien el tiempo en los varios barcos en que estuvieron (originalmente el Norwegian Spirit y luego el Norwegian Escape y el Oceania Marina, (en el que llegaron a Puerto Rico), “nos rodeamos de gente positiva y teníamos una agenda diaria, que incluía desde levantarnos temprano, caminar en cubierta y hacer comidas en diferentes restaurantes de los barcos que estaban disponibles para nosotros, además de disfrutar de actividades como la Hora del Té y de ver películas”, nos dijeron.

Freddie y Rosamil en Hellesylt Fjord. Foto/Rosamil Molina/Facebook

Dispuestos a pasar lo mejor posible ese tiempo, aprovecharon para disfrutar las vistas al mar desde sus cabinas con balcón, de la comodísima cama de lujo de su cabina en el Oceania Marina y de cosas tan simples pero tan necesarias como compartir con la familia y amigos a través de internet. Por suerte para ellos tenían internet ilimitado y teléfono desde marzo durante todo el tiempo que estuvieron varados; también fueron afortunados porque no hubo ningún tripulante enfermo dentro del barco, (les tomaban la temperatura dos veces por día).

La última vez que pisaron tierra fue en Omán hace 108 días (aunque brevemente bajaron en Miami en uno de los cambios de barco), y su última presentación a bordo fue el 23 de marzo en el puerto de Cape Town en Sur Africa.

Como Estados Unidos ha prohibido que cualquier persona que desembarque de un crucero viaje en avión comercial, para evitar la propagación del virus, después de varios meses varados, la empresa de cruceros decidió que los repatriaría en el mismo barco y no por avión.

Freddie y Rosamil len Santorini. Foto/Rosamil Molina/Facecebook

Finalmente el 23 de mayo salieron en viaje de repatriación desde Miami, Florida y después de 13 paradas en puertos de Colombia, Guatemala, Curazao, Santa Lucía y Dominica, entre otros, y un total de 109 días, llegaron a San Juan, Puerto Rico, el 22 de junio.

Pero tampoco el regreso fue fácil para todos, porque hubo países como Colombia, donde no se les permitió desembarcar a los residentes colombianos, y después de llegar al puerto tuvieron que ir a otros destinos, como Curazao, para enviar a sus tripulantes por avión.

Al llegar a Puerto Rico, Freddie y Rosamil, acompañados por otro tripulante residente en la isla, no pudieron desembarcar en el puerto. Sin embargo el barco recibió permiso de la Autoridad de los Puertos de Puerto Rico, la Guardia Costera de Estados Unidos y el Departamento de Salud de PR para llegar al puerto de anclaje Echo y de ahí llegar finalmente a tierra en un pequeño bote.

Freddie y Rosamil en Dubai. Foto/Rosamil Molina/Facecebook

Luego de las pruebas serológicas y moleculares del coronavirus COVID-19, “por fin llegamos a la casa donde nos esperaban para disfrutar de un rico asopao y un café” nos dijeron agotados pero emocionados. Allí pasarán la cuarentena para luego dejarse consentir por familiares y docenas de amigos que se mantuvieron dándoles apoyo a través de las redes sociales.

El dúo que también ha trabajado en la orquesta Keme Gusta, seguro disfrutará de Puerto Rico mientras les llega la oportunidad nuevamente de laborar en un crucero, porque ellos pasaron de ser músicos a marineros y sin duda, han hecho propia la frase de que “En el mar la vida es más sabrosa”.

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