Ya llegaron a Ft. Lauderdale el Zaandam y el Rotterdam, los dos barcos de Holland America que traían a bordo más de 2,000 pasajeros y tripulantes, de ellos doscientos enfermos con síntomas de flú o coronavirus y cuatro fallecidos.
Al fin se les permitió desembarcar. Los pasajeros que estén saludables al momento de su llegada al puerto, podrán bajar a tierra pero tendrán que cumplir con un protocolo.
Los pasajeros saludables residentes de la Florida, unos 50, podrán ir directamente a sus casas y deberán estar en cuarentena. Los no residentes del estado, pero que están saludables, serán trasladados a sus lugares de residencia en aviones contratados por Holland America.
El Zaandam salió el 7 de marzo desde Buenos Aires, Argentina. En ese momento no se había declarado como pandemia al coronavirus Covid-19.
Desde el 14 de marzo no se permitió que ningún pasajero bajara del barco en ningún puerto, por temor a que estuviesen contagiados, aunque en ese momento ninguno había mostrado síntomas. Las actividades del barco se mantenían ofreciéndose normalmente.
A partir del 22 de marzo, se confirmó el primer brote, que se fue expandiendo hasta tener unas 250 personas enfermas, entre pasajeros y miembros de la tripulación. A los pasajeros se les pidió quedarse en las cabinas, se cancelaron todas las actividades públicas y se cerraron los restaurantes. La comida era servida solo en la cabina.
Los pasajeros no pudieron salir más de las cabinas, haciendo más difícil la travesía, especialmente para los que estaban en cabina interior, es decir sin ningún tipo de ventanilla ni entrada de luz natural. Tenían internet y podían hacer llamadas telefónicas desde su cabina.
El brote se siguió extendiendo y se confirmaron los primeros pasajeros con coronavirus.
El barco siguió navegando y Holland America envió otro barco, el Rotterdam, para el que se trasladaron numerosos pasajeros para aliviar el flujo de trabajo y que tuvieran mejores cabinas, con balcón o ventana, quienes iban originalmente en cabina interior.
Se empezó a ver la luz al final del camino cuando las autoridades del Canal de Panamá aceptaron que esos barcos transitaran por el Canal. Eso lo acercaba más a Florida. Pero la esperanza duró poco, porque la Florida se negaba a aceptar el desembarque.
El presidente de Holland America, Orlando Asford literalmente rogó por que aceptaran el barco en Port Everglades, en Ft. Lauderdale. Las autoridades de Florida, incluyendo al gobernador Ron DeSantis no estaban de acuerdo. Holland America declaró que era una crisis humanitaria y se llegó a temer por la vida de los pasajeros.
Finalmente se logró un acuerdo y el 2 de abril el barco atracó en Port Everglades, el puerto de Ft. Lauderdale.
Los pasajeros enfermos con condiciones críticas serán llevados a hospitales para recibir atención médica inmediata.
45 pasajeros con enfermedades leves deberán permanecer a bordo y serán atendidos por el personal médico necesario hasta que se recuperen. El personal de ambos barcos no desembarcará en Ft. Lauderdale.
“Esto es una crisis humanitaria. Estos pasajeros podían haber sido cualquiera de nosotros o nuestros familiares, atrapados inesperadamente en esta crisis que ocurrió sin previo aviso y que cerró las fronteras del mundo”, dijo Orlando Ashford, presidente de Holland America.