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Foto Gregorio Mayí.

Hace más de una década, parte de los placeres de viajar en crucero era el famoso buffet de medianoche. Estos además de abundantes, eran majestuosos con verdaderas obras de arte de comida, tanto en postres como en platos principales. Si como muchos viajeros de crucero te estás preguntando qué ha pasado con los famosos bufés de medianoche, te cuento. Con esto de la onda saludable en que ya está súper probado que comer grandes cantidades de comida tarde en la noche es nocivo para tu salud, estos bufés han ido evolucionando a menos comida, pero ¡tienen más dulce!

Foto Gregorio Mayí.

El cambio no significa que ya no tendrás oportunidad de ver a los chefs o “pastry chefs” lucirse, y mostrarte sus mejores creaciones. Al contrario, parece que se han puesto más creativos y gozan de presentarte un festín de sabor y color en verdaderas obras de arte, con la ventaja para las líneas de crucero que no se desperdicia tanta comida como en los bufés tradicionales.

 

Foto Gregorio Mayí.

Depende de la línea de crucero es el ofrecimiento y los horarios disponibles. Lo típico es una vez en cada viaje, usualmente después de las 10 de la noche y en muchos barcos se hace en las cubiertas exteriores, en un ambiente bien casual. En los de Disney Cruise Line ofrecen una especie de barbacoa de pirata, donde sirven hasta los gigantescos muslos de pavo que tanto gustan a los visitantes de los parques. En otros sirven entremeses y bandejas de cortes fríos. Todos son gratuitos y cuentan con preciosa decoración, que incluye esculturas de hielo y figuras hechas en chocolate y azúcar.

Foto Gregorio Mayí.

Pero sin duda los que más llaman la atención son los bufés de postre. Como verás en estas fotos que te presento del Eurodam y el Nieuw Amsterdam, los dos barcos más nuevos de Holland America, ellos tienen razón en llamar a esto un “Dessert Extravaganza”.

Foto Gregorio Mayí.

De todas maneras, si quieres cuidar tu dieta hay postres sin azúcar y algunos bajos en calorías. Te recomiendo ese día hacer un almuerzo tarde, no cenar hasta que empiece el bufé especial y compartir con tus compañeros de viaje varios de esos platos. Así pruebas lo que te guste sin necesidad de sumar demasiadas calorías para que puedas disfrutar de dulces sueños.

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La artística Quebec es uno de los puertos de desembarque de estos itinerarios. Foto Gregorio Mayí.

¡Bienvenido seas otoño! Esta época divina donde se deja atrás el agobiante calor veraniego para disfrutar de un agradable clima fresco, es ideal para pasear no solo por ese excelente clima, sino también porque encuentras menos gentío en las atracciones y muy buenos precios.
The Breakers, una de las mansiones que se ven en Newport, Rhode Island. Foto Gregorio Mayí.

Los cruceros en estos meses ofrecen fantásticas opciones. Puedes recorrer desde el Mediterráneo hasta la región estadounidense de Nueva Inglaterra y llegar hasta Canadá, una ruta muy popular en esta temporada. Aunque algunos cruceros viajan hasta allí en verano, en estos meses en las que las hojas cambian de color, es cuando el viaje se convierte en una extravaganza visual digna de admirar. Rojos, amarillos, anaranjados y hasta tonos violetas pintan las hojas de los árboles de esa región en un festín de colores en la época del follaje otoñal que se ve deslumbrante especialmente en octubre.
Tendrás un festín gastronómico porque las langostas abundan en la zona. Foto Gregorio Mayí.

La mayoría de barcos hacen la ruta desde Nueva York, un “hit” como puerto de salida, o desde la cultural y vibrante ciudad de Boston. Entre los destinos de visita que más gustan son Newport, en Rhode Island, donde puedes ver las majestuosas mansiones de los ricos y famosos, como “The Breakers”; la isla de Prince Edward,  de paisajes tan tiernos y románticos que inspiraron la historia de “Anne of the Green Gables” y comida exquisita y Halifax, ciudad canadiense que tiene una gran asociación con el tristemente famoso Titanic. Allí hay un cementerio donde están enterrados restos de cientos de pasajeros de ese barco. Halifax, que fue el puerto más cercano al naufragio, además está muy cerca de la pintoresca comunidad rural de Peggy Cove, donde está el conocido faro del mismo nombre.
En Prince Edward verás el área que inspiró "Anne of Green Gables". Foto Gregorio Mayí.

Los itinerarios por Nueva Inglaterra-Canadá suelen terminar en Quebec. Otro espectáculo de ciudad en la que vale la pena quedarte un par de días. Allí hay mucho que ver y qué comer, ya que la ciudad canadiense es considerada un destino gastronómico internacional. A esto se suma su majestuoso  Fairmont Le Château Frontenac, el castillo-hotel más retratado del mundo, sus monumentos y atracciones como el Cañón de Santa Ana y las Cataratas de Montmorency. También ofrecen un viaje al final de la corta temporada desde Quebec hasta Ft. Lauderdale, en Florida.
El fotografiado Fairmont Chateau Frontenac. Foto Gregorio Mayí.

Entre los barcos que hacen la ruta están los de Holland America, incluyendo el Eurodam, una nave con servicio impecable de lujo, que además de prácticamente nueva ofrece extraordinaria comida. El menú es bastante temático y aprovechando que están en la tierra de langostas y camarones, estos forman parte de los platillos ofrecidos diariamente, incluso en el bufé de almuerzo.
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