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Foto Gregorio Mayí.

Durante esta semana, te traemos una serie de blogs desde el Nieuw Amsterdam, el nuevo barco de Holland America, en nuestra travesía por el Meditarráneo y las Islas Griegas. Para leer los blogs de los días anteriores, haz click aquí.
Si el puerto de ayer nos presentaba vistas de la hermosa Venecia que nos dejaban boquiabiertos, hoy por la mañana recibimos como ‘regalito’ una estampa fuera de serie. El nuevo muelle a que llevaron nuestro barco, el Nieuw Amsterdam, estaba en pleno ‘downtown’, y cuando corrimos la cortina y vimos desde nuestro balcón la ciudad a nuestros pies nos sentimos privilegiados.
Luego de un rápido pero apetitoso desayuno, con omelette, tostadas, frutas, jugos y café, nos fuimos a caminar la ciudad que hoy se lució como para que la conociéramos mejor: el agua empezó a llenar las calles como pocas veces ocurre en esta temporada y para caminarla había que ponerse unas botas desechables que astutamente tienen guardaditas para esta ocasión los comercios (a un costo de 10 euros) o quitarse los zapatos y dejar que el amor por Venecia nos entrara por los pies. Las áreas secas eran las menos pero si no te quieres mojar y esto te sucede, hay una especie de tarimas o tramos elevados que puedes usar en algunas rutas.
Desde el barco hasta la Plaza San Marco, el ícono turístico veneciano, puedes durar unos 10 minutos caminando, pero el tramo te tomará unas dos horas cuando quieras retratar cada balcón, cada hotel frente al mar o cada edificio que es fiel ejemplo de la arquitectura bizantina que imperaba aquí. Por supuesto también encontrarás góndolas por doquier, algo que querrás retratar desde cada puente que pases caminando.
Al llegar a la plaza no te sorprendas con las filas inmensas para entrar en la Basílica de San Marco y en el Palacio Doge. La entrada a la Basílica es gratis pero te cobrarán cuatro euros si quieres subir hasta la torre y el campanario. Retratarse en la plaza es imperdible, y puedes seguir tu caminata exploradora para recorrer todos los rincones y detenerte a curiosear en las tiendas, donde puedes comprar máscaras venecianas ultra económicas, si buscas una ganga. Sin embargo las de más calidad, trabajadas con material de lujo y casi objetos de colección te costarán buen dinero. Otros artículos de compra son los de cristal Murano, desde relojes hasta floreros, marcos de fotos y collares, hay de todo para cada gusto y bolsillo.
Una parada obligada es para comerte un ‘gelato’ (entre los dos y cuatro euros), o una rica tarta de queso ricotta y un tiramisú, todos por menos de tres euros. Alrededor hay muchos restaurantes con muy buenos precios, desde pizzerías hasta marisquerías, algunas reconocidas y premiadas internacionalmente.
Todo lo anterior es una maravilla pero no te puedes ir de Venecia sin montarte en una góndola, quizás el paseo más caro pero más esperado. Te costará unos 100 euros por media hora, por góndola, con un máximo de cinco personas, pero si vas en pareja el gondolero buscará la manera de que no encuentres con quien compartirla y así pagar esa cantidad, aunque te sentirás como en las películas, a puro romance. Eso sí, no esperes que te cante O Sole Mio, pero Luciano, nuestro gondolero simpático, guapo y hablando buen español nos cantó el ‘Waka-Waka’ de Shakira. Bueno, algo es algo.
De vuelta al barco nos dijeron que por dificultades técnicas tendríamos que quedarnos una noche extra en Venecia antes de zarpar, por lo que perderíamos la parada en Split, Croacia, pero con la explicación del capitán de que allí había mal tiempo y pensando que tomaríamos un ‘tender’ o bote pequeño para llegar a la orilla, nos quedamos tranquilitos y felices. Hasta el momento saldremos a las 9:00 a.m. y tendremos un día completo en el mar, ideal para recorrer el barco, dormir y disfrutar un día relax. Hay muchísimas actividades incluyendo torneos de ping pong, juego de voleibol, demostraciones de comida, clases de computadoras, bingo, conferencias de los puertos con el experto en viajes de Holland, Tom Vercillo y restaurants abiertos a toda hora. Es asunto de decidirse entre tanto que hacer, pero algo está ya en agenda: una buena caminata o visita al gimnasio para empezar a eliminar esas calorías de más.
 

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