fbpx
Tag

Rusia

Browsing

Foto Gregorio Mayí.

Si sueñas con conocer parte de la rica historia de la Rusia de los zares, una de las mejores opciones es llegar a San Petersburgo, la segunda ciudad más importante de ese país. Rica en tradición y cultura la que antes era conocida como Petrogrado y Leningrado, es uno de los destinos más apetecibles de los cruceros por el Mar Báltico.

Para descender del barco es requisito comprar una excursión previa, con el que te incluyen el trámite de entrada al país, que debe hacerse antes de llegar. De lo contrario tendrías que quedarte a bordo y perderte ese maravilla o haber contactado una agencia de viajes para una excursión personalizada, de la que tienes que tener evidencia para poder bajar.
Fundada en el delta del Río Neva en el año 1703 por el emperador ruso Pedro el Grande, la ciudad de hoy está llena en cada rincón de la arquitectura de antaño que deslumbra con palacios, parques, maravillosos puentes y espectaculares monumentos. Pero también una visita rápida te puede dar un vistazo de los destellos de modernismo que tratan de asomar entre tanta riqueza cultural y artística.
Los barcos desembarcan usualmente en el Nuevo Puerto de St. Petersburgo, situado en la isla de Vasiljevskiy, muy cerca de la ciudad.
Qué hacer:
Visitar el Centro Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco; ver  la avenida Nevski, la más importante de la ciudad y disfrutar de la vista de algunos ríos, canales y puentes. En ocasiones el tour incluye cruceros por uno de los ríos.
Recorrer el impresionante Hermitage. Tiene una de las colecciones de arte más grandes del mundo y los tours lo incluyen en visita de medio día, para solo darte un brevísimo vistazo. Tardarías años en verlo completo. Está compuesto por el Palacio de Invierno (residencia oficial de los zares por más de siglo y medio), El Pequeño Hermitage, el Gran Hermitage y el Teatro del Hermitage, edificios unidos entre sí y situados en pleno corazón de San Petersburgo
Otras atracciones
Ver las catedrales de San Isaac, considerada el mayor templo del imperio ruso (al frente tiene la Plaza de San Nicolás) y la  de San Pedro y San Pablo, ubicada en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo. Esta iglesia ortodoxa fue el templo principal de Rusia. Esta se destaca por su campanario con una aguja dorada y es  la construcción arquitectónica más alta de toda la ciudad. Allí están  las tumbas de los zares rusos, incluyendo el de Pedro I El Grande y el último zar Nicolas II con su familia.
La Iglesia de la Sangre Derramada. La estampa que todo el mundo asocia con la ciudad y atracción más fotografiada es conocida también como la Iglesia de la Resurrección de Cristo o El Salvador Sobre la Sangre. Tiene profusión de mosaicos, cúpulas cubiertas con esmaltes de joyería y techos piramidales de gran valor artístico y cultural.
Otros son el Museo Ruso, el Palacio Mariinski, considerado una de las más brillantes obras maestras de la arquitectura urbana; la Plaza del Senado, un clásico donde verás el monumento del Jinete de Bronce, en honor a Pedro El Grande; la Catedral de la Virgen de Kazán, llamada el Templo del Arte Ruso; la Vivienda-Museo del poeta Alexandr Pushkin; el Palacio de Mármol; el Teatro Mariinski, principal teatro de ópera y ballet de San Petersburgo y el Palacio de Peterhof, que ¿cómo no iba a ser la residencia favorita del gran Pedro? si es un fastuoso complejo de edificaciones, fuentes  y parques.
Si tu barco hace ‘overnight’, es decir que permanece al menos una noche anclado, la experiencia máxima es llegar a Moscú en tren. Si no llegas hasta allí puedes ver una función de ballet, una gran experiencia.
Moneda: Rublo, en ciertos lugares aceptan euros, pero no siempre tarjeta de crédito. Lleve efectivo.
Qué comprar: Matrioskhas, réplicas de huevos Fabergé y originales si tienes presupuesto, cajitas laqueadas.
Curiosidades
El invierno es súper intenso en esa región y los ríos parecen estar hechos de hielo, aunque son un lindo espectáculo a la vista. Pero entre mayo y julio ocurren las famosas y espectaculares noches blancas en las que el sol no se oculta totalmente, lo que brinda un marco hechizante a la ciudad, ocasión que se aprovecha para celebrar grandes festivales.