A solo un par de meses de haberse estrenado el Norwegian Breakaway, hoy Norwegian Cruise Line confirmó la construcción del segundo barco “Breakaway Plus”. Estos barcos representan el próximo paso para la empresa de cruceros que ha dicho que ha tenido un éxito sin precedente con este estreno de mayo.
Pero entre tanto Breakaway muchos viajeros se han confundido creyendo que se trata del otro que le sucederá al Norwegian Breakaway de mayo. Sí, el mismo que le dicen el “barco de Nueva York” y que tuvo como madrinas a las Rockettes. Ese fue el primero de la Clase Breakaway.
Resulta que antes de estos “Plus” le toca el turno al Norwegian Getaway que estrena en enero y que será para Miami lo que su predecesor fue para Nueva York. Nos preguntamos, ¿tendrá su toque latino? Habrá que ver, todavía faltan algunos detalles por revelar, pero según nos dijo Kevin Sheen, el CEO de Norwegian, sí será “tropical”.
Luego de esto, llegará el primer Breakaway Plus, en octubre de 2015, y en primavera del 2017 es que llegará el segundo, que fue el anunciado hoy. Para que tengas una idea del costo, entre estos dos barcos solamente hay una friolera de 1.4 billones de euros.
Todos están siendo construidos en el astillero Meyer Werft, de Papenburg, Alemania. La bonanza debe tener riéndose a los ejecutivos de este lugar, una empresa que ha pasado de generación en generación (va por la sexta) y que es toda una tradición en el pueblito de Papenburg.
Ambos Beakaway Plus desplazarán 163,000 toneladas gruesas, tendrán una capacidad de 4,200 pasajeros y tendrán un deck adicional a los dos primeros de la clase Breakaway, “para tener más amenidades”, dijo la empresa. Serán más grande que los barcos de la clase Breakaway, e incorporarán una gran cantidad de los elementos de diseño únicos e innovadores de estos dos barcos.
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Ya el Norwegian Breakaway, pasó con éxito uno de los momentos claves en su construcción: el “conveyance”, una complicada maniobra donde sale del astillero de Meyer Werft en Papenburg, Alemania, hacia el Río Ems.
Esta no es la primera vez que se hace una maniobra así, pero la del Breakaway representaba un momento especial: ese es el barco más grande construido en Alemania, y verlo salir fue todo un espectáculo que presenciaron cientos de alemanes desafiando el frío y la brisa de la temporada. Las fotos que acompañan esta nota son de Gaby y Thomas Gebken, una pareja alemana que no quiso perderse el emocionante momento.
Aunque una tormenta invernal hizo posponerlo, la salida fue el miércoles 14 en la mañana y la maniobra duró 24 horas. La navegación era retante y requería destreza del equipo a cargo, compuesto por dos oficiales, uno que vigiló la proa y otro la popa. Al final lograron pasar por el estrecho pasaje; se impuso la habilidad de los expertos y el barco siguió navegando según por la ruta trazada.
En preparación para el “conveyance” el equipo de Operaciones Náuticas tanto de Meyer Werft como de Norwegian trabajaron por los pasados meses usando simuladores de alta tecnología. Por el tamaño del barco y lo estrecho que quedaba el área a cada lado del barco, ese era considerado el “conveyance” más retante.
Ese no fue el único momento que había que operar con cautela. Antes de alcanzar su destino final en Eemshaven, donde le darán los últimos toques a la inmensa nave, el Breakaway tuvo que pasar otros pasajes estrechos, además de las esclusas en Papenburg, (que dejaban solo 1.5 metros a cada lado), el Puente Weener Bridge en Weener; el Puente Jann-Berghaus en Leer y la Barrera de Ems.
Ya falta muy poco para la llegada del barco a Nueva York en donde será bautizado en mayo.