El Secretario general de la Organización Internacional Marítima, Koji Sekimizu además de expresarse consternado por el accidente del Costa Concordia, destacó que hay lecciones que aprender de este lamentable suceso.
Hoy martes, que se han encontrado cinco cadáveres adicionales, llevando el saldo de fallecidos confirmados a 11, Sekimizu dijo que a un siglo de conmemorarse el centenario del hundimiento del Titanic tenemos que darnos cuenta que hay riesgos en las actividades marítimas.
“No podemos tomar este accidente ligeramente. Las causas no están establecidas y no debemos especular, pero debemos aprender las lecciones y si es necesario revisar las medidas de seguridad especialmente en los barcos grandes”, dice en el portal de internet de la entidad.
El ejecutivo reconoció el esfuerzo de la Guardia Costera Italiana así como de todos los que aun participan en la búsqueda de los desaparecidos, que se mantienen en el interior de la nave. Hoy, que se dictó arresto domiciliario contra Francesco Schettini, el capitán del barco siniestrado, también se dio a conocer una conversación del capitán con el guardacostas que confirma que abandonó la nave mientras estaba la operación de rescate.
Coincidimos con Sekimizu y otros líderes de la industria. Hay mucho que aprender, pero más que nada, mucho trabajo por hacer todavía. Este accidente tan grave no puede olvidarse en un par de días, por miedo a que una industria tan sólida como la de cruceros se afecte. Cuando se ha dado tan buen servicio, se tiene un record de excelencia y seguridad, además de un producto ganador, no hay que temer.
Los viajeros de hoy son muy inteligentes, saben lo que ofrecen los barcos y aman esta modalidad de vacaciones. Además conocen las estadísticas que muestran que los cruceros son una de las maneras más seguras de viajar. Millones de personas seguirán viajando por el mundo, disfrutando de las vacaciones que ofrecen el mejor valor por el dinero, como son las de barcos, degustando exquisita comida y siendo atendidos a cuerpo de rey.
Pero también querrán saber qué pasó y qué medidas se pueden tomar para que esto no vuelva a suceder. No apoyamos el sensacionalismo, sino la información verdadera, la que no miente y es objetiva. Los hechos están ahí y hay que buscarle explicación. Si fue culpa del capitán Schettino, la justicia se encargará de él, pero si hay que hacer revisiones a los sistemas, incluyendo los de seguridad, este es el momento.
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