fbpx

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama firmó en julio del 2010 la “Cruise Vessel Security and Safety Act”, que entrará en vigor dentro de 18 meses. Para los viajeros tal vez represente una medida más que hasta pase desapercibida para muchos, pero para la industria de cruceros supone cambios, y para los ciudadanos preocupados por la seguridad en altamar, es un triunfo. Esto último porque varias organizaciones civiles y comunitarias manifestaron desacuerdo con la forma que se notifica incidentes en los barcos, lo que ha llevado a algunos a pensar que ciertos sucesos nunca salían a la luz pública, incluyendo desapariciones o hasta crímenes que aunque muy escasos, pueden suceder.
Sin embargo las asociaciones de líneas de crucero han apoyado estos cambios e iniciativas, iniciados por un proyecto presentado por el Senador John F. Kerry, de Massachusetts y la Representante Doris Matsui, de Sacramento. “Compartimos y apoyamos los esfuerzos del Congreso para asegurar la seguridad de los pasajeros de cruceros”, dijo en un comunicado Terry Dale, presidente y principal oficial ejecutivo de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, CLIA, en inglés.
Significado para los pasajeros

  • Entre los aspectos destacados de la ley, está el que requerirá que se reporte al FBI y a la Guardia Costanera de Estados Unidos todos los incidentes serios, incluyendo secuestros, violaciones, desapariciones de pasajeros norteamericanos, muertes y otros actos violentos.
  • Las barandas en todas las áreas de los barcos, incluyendo en los balcones de las cabinas, deben ser de 42 pulgadas de alto.
  • Todas las puertas de cabinas, tanto de pasajeros como de tripulación deberán estar equipadas con mirillas.
  • Los barcos deberán estar equipados con tecnología que detecte cuando una persona cae al mar, y contar con cámaras de vigilancia capaces de utilizarse como prueba en caso de ocurrencia de delitos.
  • Como las violaciones son uno de los crímenes más comunes en altamar, se requiere que todos los barcos cuenten con personal adiestrado para evaluar querellas sexuales, un “kit” de atención y recolección de evidencia en caso de un suceso de esa naturaleza y medicamentos para la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Los pasajeros afectados deberán tener a su disposición las llamadas a las líneas nacionales de emergencia de víctimas de ataque sexual y todos los barcos deberán llevar una bitácora o diario de querellas.

Muchas de estas medidas ya habían sido tomadas por las líneas de crucero que han estrenado barcos recientemente, incluyendo la altura de las barandas y las mirillas en las puertas.  De todas maneras, los pasajeros y la tripulación saldrán ganando pues se trata de aumentar medidas de seguridad que para nada afectarán el disfrute o el trabajo en altamar, sino que garantizará la tranquilidad de quienes viajan en estas ciudades flotantes.

Write A Comment