St. Kitts es uno de los puntos de parada más populares de cruceros que hacen la ruta del Caribe Oriental. Tu barco te llevará derechito hasta Port Zante, el puerto que se encuentra en Basseterre, la capital de esta coqueta islita caribeña.
La diminuta islita, de 68 millas cuadradas, fue antes colonia británica y francesa. Es una de las Antillas Menores y sus habitantes son en su mayoría descendientes de esclavos africanos. El idioma oficial es el inglés.
Basseterre es ruidosa y aglomerada, pero simpática y con multiplicidad de opciones. El puerto está directamente en la ciudad por lo que puedas caminar fácilmente hasta algunas de sus atracciones más importantes. Si quieres una excursión y no has tomado una del barco, aledaño al puerto hay operadores de tours autorizados.
Qué hacer:
Un recorrido por el centro de la ciudad para ver el Edificio del Tesoro, en el que sobresale su domo de construcción colonial. Fue antes la Casa de la Aduana y ahora es el Museo Nacional.
Una visita a The Circus, en la calle Fort, cuyo nombre oficial es el Berkeley Memorial, uno de los lugares más fotografiados de la isla. Ahí en el centro está el famoso reloj verde, considerado por muchos como la versión del Big Ben de St. Kitts. Cerca está la Plaza de la Independencia y la Iglesia Anglicana de St. George, donde se encuentra uno de los órganos más antiguos del mundo. En la iglesia todavía se hacen servicios religiosos.
Te divertirá también el recorrido por las tiendas cercanas al puerto y por los kioscos callejeros que abundan. Es uno de los lugares donde encontrarás los souvenirs más económicos de tu travesía caribeña.
Si visitas algunos de sus kioscos de comida y restaurantes encontrará gambas con coco, los pescados con jengibre, así como mariscos y carnes con salsas de frutas y vegetales.
Otros paseos son el Parque Nacional de la fortaleza de Brimstone Hill, considerado Patrimonio Mundial por la Unesco, ubicado a unos 13 kilómetros de Basseterre; abordar el Tren del Azúcar, que te llevará por algunas de las ruinas de plantaciones, o recorrer colinas y bosques para ver monos Vervet, considerados los residentes más famosos de la isla. Puedes alquilar una bicicleta y tratar de subir al monte Liamuiga. Por allí puedes tirarte de un “zip line.”
Otras actividades
Ir en taxis acuáticos hasta algunas playas como Conaree Beach o Friars Bay por unos $10 ida y vuelta o excursiones en catamarán, de buceo o “sorkeling.”
Travesía en “ferry” hasta la hermana isla de Nevis (dura de 45 minutos a una hora o un “ferry” rápido aunque más costoso, que dura 20 minutos).
Jugar golf en el St. Kitts Marriott Resort o visitar su gran casino.
Curiosidades
St. Kitts ostenta junto a Nevis el título del país más pequeño en tamaño y población del continente americano.